Pero como hay de todo en la viña del Señor, una equivocación muy extendida es la de utilizar en la cocina un vino de baja calidad, asà que vamos a desechar totalmente esta idea. Si no quieren obtener resultados mediocres, pues debemos invertir unos pesos y utilizar una bebida similar a la que tomamos, más en este caso, en que su aroma va a estar muy presente, sin intervención de otras especias que enmascaren su gusto final.
2. Limpiamos los hongos retirando la tierra con un simple papel de cocina o servilleta descartable. Como siempre les digo, no es conveniente hacerlo con agua porque son como esponjas que tienden a absorber toda la humedad y eso podrÃa perjudicar su textura. Luego los cortamos en finas láminas.
4. Llevamos el vino a una olla y lo calentamos a fuego fuerte hasta que rompa en hervor.
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5. Mientras tanto salteamos un diente de ajo picado en un chorro generoso de aceite de oliva extra virgen en una olla pequeña.  Luego de 30 segundos sumamos el arroz.
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6.  Salamos a gusto, revolvemos suavemente y dejamos que los granos se transparenten por espacio aproximado de un minuto. El arroz debe calentarse y absorber el aceite perfumado con el ajo, pero nunca tostarse.
7. Volcamos el vino hirviendo y solo revolvemos una vez con la cuchara.
10. Una vez salteados los hongos de ambos lados  los reservamos,
10.  Agregamos un chorrito más de aceite de oliva y cuando empiece a humear introducimos la cebolla y el morrón rojo finamente picados. El proceso debe durar apenas un par de minutos a fuego máximo. No queremos que estos vegetales pierdan la textura crujiente y el color.
12. Mezclamos con una cuchara de madera y dejamos apenas 30 segundos para que los  nuevos ingredientes tomen temperatura. Salpimentamos a gusto.
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13. A esta altura tendrán listo un  arroz, que tendrá un color y aroma maravilloso. Destapamos la olla y agregamos el arroz a los vegetales. Si han quedado pegados algunos granos en el fondo no los remuevan,  es preferible descartarlos  ya que estarán  mucho más duros que el resto.
14. Mezclamos todo hasta integrar bien. Si han seguido bien los pasos verán que los colores, aromas y texturas de este plato son increÃbles. Luego apagamos el fuego y estamos listos para emplatar.
16. Colocamos las láminas de champignón que habÃamos reservado, tapizando la superficie de nuestro timbal en la forma que más nos agrade. Luego retiramos el aro con cuidado.
17. Espolvoreamos con un poco más de ciboulette picado y solo nos resta disfrutar. Les juro que recuerdo su aroma y sabor y se me hace agua la boca.
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